
En mi reloj no hay manecillas ávidas de devorar la cuarta dimensión. No. No existen segundos marcados por el segundero, sino instantes marcados por el recuerdo; no exiten minutos marcados por el minutero, sino sensaciones marcadas por el instinto; no existen horas, sino sentimientos marcados por la razón; no pasan los días, semanas, meses y años; sino pasan sonrisas, risas, miradas y dulces besos. No marcan una vida, sino un amor que siempre dura y que marcó, marca y marcará mi sino...
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