Querido corazón:

Sé que otra vez te rompiste, sé que fue un golpe duro y que dejará una gran cicatriz, y por eso quiero pedirte perdón.
Perdóname por pensar que ésta vez sí nos iba a salir bien, perdóname por haberme hecho ilusiones otra vez, por haber pensado que él sí nos quería de verdad... Perdón, perdón y mil veces perdón! Pero es que yo también me lo creí, ¿sabes? Éste también fue un golpe duro para mí... aunque sabía que podría llegar, no me lo esperaba para nada. Ha sido como una puñalada por la espalda, cuando menos te lo esperas PAM! Y duele porqué parece que a él no le ha costado nada hacerlo, decir esas palabras... cargadas del más puro veneno.
Tu y yo sabemos lo qué se pasa, pero aún así nunca te acostumbras a sentir ese sufrimiento, ese dolor, esa profunda y tremenda necesidad de llorar, esas ganas de dejarlo todo atrás, de mandarlo todo a la mierda, de olvidarte de todos y empezar de nuevo en otro lugar, donde al menos te aprecien un poco...
Pero es lo que toca...ahora lloraré todo lo que necesite, quiero que con cada lágrima se vaya un recuerdo, un buen momento, una sonrisa, una mirada y a poco a poco ya no quede nada, y que al darme cuenta pueda sonreir sin ningún toque de amargura.
Sí, lloraré. Aunque te prometí que nunca más lo haría, lo volveré a hacer, y espero que me perdones por eso también... Lo siento. Pero ¿cómo quitarme este dolor de encima sinó?
Pero aquí y ahora te prometo que saldremos de esta, aunque sea el peor golpe que hayamos sufrido, lo superaremos! Toca ser fuerte, pero no pondré buena cara si no quiero...
Sólo quiero pedirte algo... Por favor, aunque haya sido fuerte la puñalada, aguanta, aunque la cicatriz que quede sea grande y vistosa, aguanta, aunque sepamos que habrá más, aguanta! Es lo único que te pido, porqué ¿qué sería de mí sin mi querido corazón? Simplemente nada...
Aunque ahora todo lo veamos negro, yo sé que llegará ese momento algún día, en que en vez de pedirte perdón, te daré las gracias por haber aguantado tantos golpes, por seguir latiendo para disfrutar de esos momentos que tanto tiempo llevamos esperando, lo sé. Nunca hemos sido impacientes, supongo que podremos esperar un tiempo más. Tu, aguanta y sigue latiendo, que yo haré el resto.