Es que te acojona que haya alguien ahí fuera dispuesto a ayudarte, a quererte, sí, y te da miedo que de repente descubran que en realidad eres alguien a quien no merece la pena querer..

viernes, 7 de enero de 2011

Se levantó lentamanete, se acercó y me rodeó el rostro con las manos antes de mirarme fijamente a los ojos.
-Para siempre- prometió de forma un poco teatral.
-
No te pido más- le dije.

Me puse de puntillas para poder apretar sus labios contra los míos.

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